- Encender el horno a 225ºC con ventilador y disponer la rejilla en el nivel de la parte inferior.
- Engrasar el molde (fondo y paredes) y poner papel de horno en el fondo y en los laterales. La altura del papel debe sobrepasar en los bordes a la altura del molde. Si el molde es de 22cm de diámetro, debemos evitar dejar la tarta dentro del horno los 5 minutos finales ya que la masa quedará más fina y necesitará menos tiempo de cocción.
- Mezclar en la batidora los quesos y el azúcar hasta obtener una textura cremosa, sin incorporar aire durante aproximadamente 4 minutos.
- Añadir uno a uno los huevos y las yemas, batiendo bien después de cada incorporación.
- Verter la nata, mezclar muy bien y batir unos 20 segundos más.
- Añadir la harina tamizada y remover con varillas o batidor manual.
- Verter la masa en el molde y llevar al horno. Hornear durante 15 minutos. En esta primera fase de horneado, se formará una capa o costra tostada (dará un sabor a caramelo) que conservará más cremosa la parte interior en el centro. Si vuestro horno calienta demasiado, podéis bajar a 220-200ºC, si por el contrario, no dora la corteza de la tarta, podemos gratinarla unos 3 minutos más.
- Apagar el horno y abrir la puerta 30 segundos para bajar la temperatura del horno, cerrarla y dejar la tarta dentro otros 5 minutos más. La tarta parecerá algo blanda en el centro, pero esa es la textura cremosa perfecta, y no significa que esté cruda.
- Retirar del horno, reposar 1o minutos y meterla en la nevera. En invierno podemos aprovechar la temperatura exterior y sacar la tarta al exterior nada más salir del horno.
- Dejar en frío al menos 4 horas antes de su degustación. Retirar el papel y desmoldar con mucho cuidado.
- Sacar de la nevera 30 minutos antes de servir.
PANNA COTTA CON SORBETE DE FRAMBUESAS
Para la panna cotta: Hidratar en agua muy fría las hojas de gelatina Mezclar la leche, la nata, el azúcar y las semillas de la vainilla + la vaina...