Encendemos el horno a 180ºC
- En primer lugar, batimos la nata (muy fría) ligeramente junto con el azúcar y la canela.
- Batimos el queso crema hasta que esté cremoso y lo mezclamos con la nata, hasta que estén ligados. Reservamos en un bol que se encuentre en un lugar fresco o en la nevera.
- En un cuenco amplio, ponemos la harina y mezclamos con los restantes ingredientes secos (bicarboncato, levadura y especias) y el azúcar.
- Añadimos la mantequilla fundida, el huevo, la leche y el puré de calabaza hasta obtener una masa homogénea y de textura firme, pero no seca.
- Formamos una bola de unos 4 cm, aplanamos ligeramente y le hacemos un agujero central con ayuda del dedo pulgar.
- Disponemos cada rosquilla en la bandeja del horno o ponemos una porción de la masa en los pequeños moldes, previamente engrasados con mantequilla fundida.
- Horneamos durante 12 minutos aproximadamente.
- Retiramos y dejamos enfriar.
- Barnizamos la parte superior con las dos cucharadas de mantequilla fundida y espolvoreamos con el azúcar.
- Servimos con la crema de queso, canela y una copita de vino dulce.